Los diferentes tipos de nebulizadores ayudan con las distintas enfermedades en el mundo, mismas que podrían clasificarse de acuerdo al área del cuerpo que afecten, y hay una bastante conocida que es el EPOC (Enfermedad pulmonar obstructiva crónica). Este es denominado más un grupo que una sola enfermedad en sí, ya que puede incluir la bronquitis y el enfisema. Éstas afectan a los pulmones, y al perjudicar el sistema respiratorio y ser enfermedades irreversibles, podríamos decir que es un asunto grave y de cuidado.
Por otro lado, tenemos una mucho más conocida que es el asma. Es probable que todos conozcamos al menos a una persona con asma, esta enfermedad también afecta a los pulmones. Cuando tienes un ataque de asma lo que ocurre en tu cuerpo es que tus vías respiratorias se inflaman y el espacio para que el oxigeno circule se hace nulo, por eso sientes que el aire no llega a ningún lado y te duele el pecho. También tendrías algo a lo que se denomina “sibilancia”, que es un sonido parecido a un silbido que emites al respirar cuando tus vías respiratorias (tus bronquios) empiezan a estrecharse. Por eso el doctor utiliza el estetoscopio en tu espalda, para verificar si tienes ese sonido.
Es por este tipo de enfermedades (y también podríamos incluir algunas menores como rinitis, sinusitis, bronquitis bacteriales o virales) que la ciencia se esforzó por encontrar la forma de ayudar a los pacientes de enfermedades respiratorias, los nebulizadores, y se han estudiado desde hace muchísimos años los distintos broncodilatadores y cómo administrarlos de la forma más rápida y eficaz posible.
Tabla de contenidos
Tipos de Nebulizadores, su origen y función
Cuando se habla de la historia del nebulizador, a menudo se toman en cuenta no solo los aparatos a los que se les ha llamado con ese nombre, sino que les ha llamado a todo lo que sea un medio para dilatar los bronquios. O, mejor dicho, el medio para administrar el medicamento broncodilatador.
Como ejemplo, se ha documentado que en Inglaterra se utilizaba un objeto parecido a una tetera para aliviar las afecciones respiratorias y el catarro. También se hervían plantas medicinales, se dejaban reposar un poco y luego la persona inhalaba el vapor. Este método se llegó a emplear en distintos lugares en el mundo, hirviendo distintas plantas.
Es en Francia donde se sabe del primer artefacto que propiamente dicho, era un nebulizador (aproximadamente en los años 30). Luego Alemania e Inglaterra tuvieron sus propias versiones. Y así se fue haciendo mejor y más popular, hasta que se utilizó de forma oficial en los hospitales. Al principio, eran aparatos muy grandes y ruidosos, difíciles de transportar y haciendo imposible de tener en casa. Pero esto cambió pronto.
En la actualidad, un nebulizador es un aparato electrónico que funciona con un pequeño compresor que tiene conectado un tubo transparente delgado y flexible de PVC, que a su vez tiene conectado al otro extremo una mascarilla. El compresor emite oxígeno que, al pasar por la recámara de la mascarilla de inhalación, evapora el medicamento. Su función es esa: convertir el medicamento líquido en vapor. Es así como hace llegar el medicamento al paciente. A través de sus respiraciones el broncodilatador va directo a sus vías respiratorias. Este proceso toma por lo menos dos sesiones de 10 minutos cada una, dependiendo de la prescripción médica.
Tipos de Nebulizadores en el mercado
Nebulizadores Neumáticos (tipo Jet)
Estos nebulizadores son como el que hemos descrito más arriba, tienen un compresor mecánico de oxígeno, el cual viaja a través de un tupo transparente hasta una mascarilla que tiene asegurada en la parte inferior un reservorio, o cámara, que es donde se coloca el medicamento en gotas (según la prescripción médica). Son los que más se utilizan en el mercado debido a la facilidad para transportarlo, ya que suelen ser pequeños, y porque actúa bastante rápido y el paciente no tiene que hacer tanto esfuerzo para que funcione.
Nebulizadores U 22 Malla vibradora
Estos nebulizadores son incluso más pequeños que el tipo anterior, y se usan con pilas AA. Es del tamaño de tu mano, el más portátil que podrías encontrar. Cuenta con una pequeña unidad que es donde van las pilas, un depósito para el medicamento, una tapa de malla, un adaptador para la boquilla, y también (para sustituir la boquilla) una mascarilla. Tienes el modo de nebulización continua (esto se hace presionando el botón encendido/apagado dos veces en menos de un segundo y para detenerlo se hace de la misma forma) o manual (para éste presione el mismo botón, pero una sola vez durante al menos dos segundos). Se utiliza colocando el medicamento en su compartimiento, y respirando por la boca con la boquilla o con normalidad con la mascarilla. Algo a tomar en cuenta es que no debe utilizarse pentamidina en este tipo de nebulizador.
Nebulizador Ultrasónico
Este nebulizador no funciona con compresor de aire, sino que lo hace a través de ondas supersónicas. A través de la alta frecuencia de las vibraciones de un cristal piezoeléctrico. Las partículas del medicamento se hacen más y más pequeñas cuando las vibraciones son más fuertes.
Recomendaciones al utilizar el Nebulizador
- La primera recomendación y quizás la más importante es que, si no eres médico, consultes a tu médico siempre antes de nebulizarte o a alguien más. Él debe prescribirte el medicamento y el modo de tratamiento, confía más en el juicio de quien ha estudiado toda su vida sobre la salud humana y no de tu propio criterio. La salud no es algo con lo que puedas permitirte jugar.
- Utiliza el medicamento de la forma exacta en que te indique tu doctor. En la cantidad justa y el medicamento exacto que se te recetó. En ocasiones cuando vas a la farmacia y no tienen el medicamento que estás buscando intentan venderte uno parecido, fíjate si realmente es el mismo componente. Hay medicamentos que no pueden ser reemplazados o a los que puedes desarrollar alergia, y entonces será peor el remedio que la enfermedad.
- La higiene es vital, lava bien tus manos y tu cara antes de preparar el nebulizador. Y lava el equipo antes y después de usarlo cada vez.
Las enfermedades no son un juego, y mucho menos las que nos dificultan la respiración. Si te sientes mal, consulta a tu médico. Es más efectivo que volverte paranoico leyendo en internet.